LA CURVA DE APRENDIZAJE DE LA SOSTENIBILIDAD PARECE MAS UNA MONTAÑA RUSA QUE LA TÍPICA CAMPANA DE GAUSS.
Esta semana los videos que puse en instagram (¿cómo aprender la sostenibilidad? I y II) tratan de hacer un recorrido por el que ha sido mi camino por la sostenibilidad, el cual por supuesto esta lleno de altibajos y esta lejos de haber acabado. Sin embargo, el mirar en retrospectiva este camino me sirvió para tres cosas: La primera apunta más a lo factual y en mi obsesión por tratar de medir y trazar todo lo que me sea posible, lo que desemboca, por tanto en mi interés por proponer una idea de curva de aprendizaje desde lo personal, sin ningún interés en que esto se vuelva la regla ni el deber ser, más como un ejercicio de graficar el proceso e identificar los hitos que en él he tenido y que como hitos implican un cambio y en mi caso un avance constante.
La segunda cosa que surgió de esta autoobservación fue reconocerme en los otros y de la misma manera invitar a estos otros a ser compasivos con los que ahora empiezan el camino. Lo anterior viene a que muchas veces me he visto a mi misma siendo bastante critica y tajante respecto a los imaginarios (en construcción) que tienen los que estan apenas descubriendo el tema y sus múltiples aristas. Entonces al mirar hacia atrás y darme cuenta que eso que muchas veces critico por su simplificación y obviedad fue también en algún momento mi punto de partida y gracias a otros que abonaron el camino para los que llegabamos he podido forjar mi propia experiencia y pensamiento. Así que como en todo, he entendido que no podemos y no debemos subestimar el primer paso de nadie y al contrario celebrarlo (siempre y cuendo sea un primer paso, no el único) porque muchas veces nosotros hemos estado ahi.
Y la tercera es lo mucho que median los sentimientos en este camino, que aprender -y construir- la sostenibilidad implica deconstruirse a uno mismo y todo lo que dabamos por sentado. La sostenibilidad no es una idea más que pones al lado de todo lo que has aprendido sino que se convierte en un tamiz por donde tienes que pasar lo que sabes y lo que eres, dejandote constantemente en una tierra desconocida pero fértil por eso la sostenibilidad no solo se aprende con la razón, sino con el cuerpo, los sentidos y sentimientos propios y ajenos, porque las incertidumbres y las certezas necesitan más seres (humanos) y menos datos.
En conclusión, para recorrer no solo esta montaña rusa sino cualquiera que nos desafíe desde adentro, necesitamos variedad epistemológica y agilidad ontólogica para así reconocer lo negativo y reafirmarnos en lo positivo de estas búsquedas.
Como una imágen puede que valga más que mil palabras aqui les dejo toda la reflexión del tema en un par de gráficas (que pueden imprimir he ir moviendo su avatar para ver en dónde van)
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