O PORQUE LA IDEA DEL GENIO DEBE REEVALUARSE
De las grandes enseñanzas que me ha dejado la universidad es que como diseñadores es nuestro deber entender el entorno y la cultura para usarla de referente. De esta manera poder proponer acertadamente, porque es sólo a través de la cultura y el conocimiento de la misma que seremos relevantes con nuestras propuestas y estas trascenderán. No en vano según el último informe de THE PULSE OF FASHION (2018)* "las etapas que más han mejorado (en pro de una industria más sostenible) son diseño y desarrollo." Un claro ejemplo de cómo las industrias están leyendo el entorno e interpretando las necesidades sociales desde sus departamentos de I+D.
Para contextualizarnos necesitamos saber que la moda en Colombia está teniendo un despertar poderoso en los últimos años, el cual a todos los que trabajamos en la industria nos llena de orgullo y de esperanza pero también, es debido a este florecimiento que nos empezamos a dar cuenta de nuestras falencias, las mismas que si no se corrigen a tiempo serán las que hagan de palo en la rueda. Es en medio del boom, de la euforia y de la subjetividad tan presente, en esta como en todas las industrias creativas, que se revela el largo camino que nos queda por delante para construir un sector legìtimo y creíble fundamentado desde la academia y no sólo desde opiniones tendenciosas y sesgadas.
En primer lugar es necesario hacer entender a propios y ajenos que el sector de la moda es un escalón supremamente importante para la economía nacional y esta avaluado en 28.4 mil billones de pesos generando 750.000 empleos,* y a nivel mundial representa el 7% del PIB.
Con estas cifras en mente esta industria tiene que dejar de ser vista como mero entretenimiento, como la nota curiosa al final del noticiero o el punto de encuentro de las élites en las páginas de las revistas. Hay que quitarle ese manto de frivolidad, de superficialidad y de ligereza con las cuales suele relacionarse para que se empiece a tomar en serio y se abra un debate audaz en torno a como se compone y se desarrolla, pues es en la profesionalización y en la rigurosidad donde se tienen que cimentar las opiniones, las criticas y sobretodo las decisiones que se toman en pos del avance de la industria.
El sector de la moda a nivel local esta avaluado en 28.4 mil billones de pesos generando 750.000 empleos,* y a nivel mundial representa el 7% del PIB.
En segundo lugar, es entonces necesario que la transformación por la que debemos abogar se dé desde dentro y ser nosotros mismos críticos dejando de lado el mito del artista. Ese imaginario que ha sido construido, reafirmado y enaltecido continuamente bajo la figura del genio atormentado, que muchas veces tiene comportamientos reprochables pero que son perdonandos por su inmesurable talento. Es precisamente ese comportamiento el que tanto daño hace a las industrias creativas en general, pues se suele creer que todo lo que se hace en estas carreras es el mero resultado de una inspiración divina de la cual somos los afortunados poseedores y que llega como una revelación y a partir de ahí podemos hacer magia, ser caprichosos, incuestionables y que sólo, unos pocos, con el poder de este magnífico don podemos transformar lo etéreo en leyenda y que por tanto somos los elegidos, es decir intocables.
Si bien es innegable que por un lado sí es necesario tener habilidades y destrezas manuales, que son muchísimo más deslumbrantes en ciertos casos por las posibilidades que éstas nos dan para producir belleza (¡qué débiles somos ante ella!), es equiparable a cualquier otra área como las matemáticas o los deportes. En consecuencia, es igualmente necesario cultivar y pulir con tiempo, esfuerzo y dedicación la creatividad. Ya nos decían en la universidad que el talento es 10% inspiración y 90% transpiración, pues es en el trabajo constante y crítico donde se encuentra el progreso.
Siguiendo lo anterior es justo y necesario ser conscientes que éste como cualquier otro campo necesita de rigor, de investigación, de conocimiento. Que no es suficiente con nuestro genio creativo, sino que dicha creatividad tiene que estar sustentada por fuentes, por exploración y experimentación, que como en cualquier planteamiento se necesita de una hipótesis, una tesis y unas conclusiones. Claramente nosotros no producimos, la mayoría de las veces trabajos académicos, sino objetos aparentemente mucho más banales pero el que sea así no nos excusa de ser minuciosos en nuestro hacer. Ni da pie para que cualquiera que sienta cierta afinidad se autoproclame diseñador, artista, experto.
No es suficiente con nuestro genio creativo, sino que dicha creatividad tiene que estar sustentada por fuentes, por exploración y experimentación, que como en cualquier planteamiento se necesita de una hipótesis, una tesis y unas conclusiones.
En conclusión, así como no nos atrevemos a generar juicios de valor, nisiquiera opiniones y mucho menos pretender ejercer en otras áreas sin tener el conocimiento previo o un sustento verificable deberiamos apegamos a éstos mismos principios a la hora de intervenir en cualquiera de las áreas que engloba la moda. Solo aboliendo los caprichos e ínfulas de genialidad, teniendo una formación cabal y siendo autocríticos podremos tener mucha mas credibilidad como sector y de una vez por todas ser los promotores de un cambio efectivo, permanente y constante y sobretodo hacer un llamado al respeto por nuestro oficio y por la industria en Colombia.
fuentes:
https://www.globalfashionagenda.com/initiatives/pulse/
OEC atlas.media.mit.edu/en
Largest companies Info: FashionUnited Top 100
Population and Labour Data : World Bank data.worldbank.org | www.wto.org
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